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Nueva normalidad

El buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico depende (a excepción de algunos casos de enfermedad) de lo que comemos, de lo que pensamos, de nuestros hábitos en cuanto a ejercicio e interacción con nuestro medio ambiente, etc. Cada uno de estos aspectos se debe poner sobre la mesa de cada individuo, familia y gobierno porque es la única forma en que podemos transitar a una nueva normalidad en la cual no tengamos que depender del distanciamiento social y vacunas “experimentales” confeccionadas por las grandes corporaciones farmacéuticas. Cuyos intereses a largo plazo no siempre van de la mano del empoderamiento de las personas, su sabiduría y sus derechos individuales.

De todas las especies en el planeta, el ser humano parece ser el único ser consciente de los eventos que están poniendo en peligro la vida y evolución no solo de nuestra especie sino también la de todas las demás especies que habitan el planeta.

Ya es irrefutable que estamos entrando en lo que los científicos llaman la 6a extinción masiva en la historia del planeta. En un artículo de la revista de la Academia de Ciencias se le llama a la pérdida masiva de la vida salvaje una “aniquilación masiva” que representa “un asalto a las bases de la civilización humana”.

De acuerdo con las más importantes enseñanzas espirituales, el sufrimiento puede ser un impulso muy poderoso para tomar decisiones que impulsen la evolución en la vida de todos los seres sintieses.

¿La buena noticia? ¡No estás solo! En estos momentos estamos experimentando una situación que por primera vez en muchos años afecta a todos y a todas al rededor del planeta y que amenaza el aspecto más trascendente y básico de la existencia humana que es: la vida misma.

La humanidad no había estado antes en una situación de elección entre madurar, tomar responsabilidad, evolucionar y apegarse a lo que no ha funcionado o dirigirse irremediablemente la sumisión y auto aniquilación (muerte lenta).

El virus que produce la enfermedad Covid-19, que no es ni será el primero en poner en “jaque” nuestras vidas. Ha sido el factor detonante de reflexiones que ya no se pueden ocultar ni posponerse. ¿Por qué el sistema inmunológico de tantos seres humanos es tan frágil, que mueren por la incapacidad e inefectividad de protegerse?

El buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico depende (a excepción de algunos casos de enfermedad) de lo que comemos, de lo que pensamos, de nuestros hábitos en cuanto a ejercicio e interacción con nuestro medio ambiente, etc. Cada uno de estos aspectos se debe poner sobre la mesa de cada individuo, familia y gobierno porque es la única forma en que podemos transitar a una nueva normalidad en la cual no tengamos que depender del distanciamiento social y vacunas “experimentales” confeccionadas por las grandes corporaciones farmacéuticas. Cuyos intereses a largo plazo no siempre van de la mano del empoderamiento de las personas, su sabiduría y sus derechos individuales.

La población mundial ha sido paulatinamente esclavizada y debilitada en directa proporción al aumento de enfermedades crónico/degenerativas que resultan de la exposición a la contaminación por frecuencias magnéticas, contaminación del aire y agua, así como alimentos sintéticos hechos a base de grasas y azúcares artificiales.

Es la hora de entender y ser conscientes de que el miedo nos hace reaccionar como sociedad. Que la solución y el remedio no dependen de nadie, más que de uno mismo, nuestras propias elecciones con respecto a lo que comemos, nuestros hábitos y elecciones diarias… y sobre todo de nuestro reposicionamiento como iguales y con los mismos derechos a todos los demás habitantes de este planeta.

Pensamientos: Dra. Makari en San Miguel de Allende, Gto. Mx.

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